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Saturday, 11 January 2020
La última hoja de trucos en gimnasios en santa catarina

Como es sabido, la gran ventaja del ciclismo es que al ser un deporte sin impacto, las lesiones son mucho menos habituales que en otros deportes. Dejando de lado las lesiones originadas por las caídas, los dolores o lesiones que se generan en el ciclismo son de las llamadas sobreuso, esto es, por la repetición de una gesto que no se encuentra bien desarrollado. Si cualquier ajuste entre el ciclista y la bici no está bien acomodado, lo normal es que después de unos cuantos miles de pedaladas el cuerpo no sea apto de tolerar esa pequeña tensión y entonces surjan los dolores o los golpes.

Ciertos ciclistas sencillamente asumen que sus dolores son normales, que todo el mundo los poseen y que simplemente se deben adaptar. Nada más lejos de

La mayoría de los problemas que aparecen, se basan en que la bicicleta es una máquina simétrica, mientras que el ciclista casi nunca lo es. Ya sabemos que inclusive el cerebro no es simétrico, debido a que el hemisferio derecho está a cargo de ciertas funciones y el izquierdo de otras. Cuando vemos a un ciclista en la bicicleta, en un principio puede verse simétrico. Sin embargo cuando lo estudiamos a detalle, inmediatamente vemos que en la mayoría de los casos hay diferencias en un lado y otro. Por esta razón, lo más normal es que los dolores aparezcan. De esta forma, mientras más simétrico sea el ciclista menos posibilidades tendrá de sufrir algún tipo de molestia.

LA RODILLA

La mayor parte de los inconvenientes del ciclismo son precisamente los dolores en la rodilla. Extrañamente, el causa de la mayor parte de los dolores de rodilla no se generan en la rodilla sino en las articulaciones adyacentes: tobillo o cadera. Se sabe que , tanto la cadera como el tobillo poseen un grado de movimiento muy amplio. No obstante, el grado de movimiento de la rodilla es un poco más limitado: flexión, extensión y muy poca rotación. Por este motivo, si las articulaciones adyacentes no trabajan a la perfección suele ser la rodilla quien lo sufra al final, puesto que es la que se encuentra en medio.

Existen distintos tipos de dolores en la rodilla:

Dolor por atrás de la rodilla. Lo más frecuente es que el sillín esté demasiado alto, muy retrasado o ambas cosas, esto quiere decir que, la extensión de la pierna es exagerada.

Dolor en la cara externa de la rodilla. Suele ocurrir si el sillín está muy alto y/o retrasado.

Dolor en la cara anterior de la rodilla. Este es el dolor mucho más habitual en los ciclistas. Generalmente está asociado a sillines muy bajos y/o adelantados así como a calas demasiado adelantadas en la zapatilla.

Dolor en la cara interna de la rodilla. Suele producirse si el sillín está demasiado bajo o cuando la cala está mal posicionada y no deja al ciclista llevar los pies paralelos a la biela.

LA ZONA LUMBAR

Después de la rodilla, la zona lumbar es la 2da dolencia más común entre los ciclistas. Las causas de estas molestias pueden ser de origen muy variado. No cabe duda que la posición del ciclista es la variable que más logra intervenir a la hora de tener inconvenientes en la parte baja de la espalda. Las siguientes situaciones a menudo suelen provocar que la musculatura de esa parte del cuerpo trabaje en exceso: sillín muy alto, sillín muy retrasado, manillar demasiado lejos del sillín, manillar muy bajo o manillar muy alto. Como se ha dicho anteriormente, todo tipo de desproporción puede originar la aparición de dolores lumbares al existir una sobrecarga en uno u otro lado, por lo que en estas situaciones lo apropiado es tratar de resolver o igualar la asimetría existente. En muchas ocasiones, aunque la posición en la bici sea correcta y no existan asimetrías la causa del dolor se puede deber a un inestabilidad muscular, originado principalmente por una debilidad de la musculatura responsable de estabilizar y mantener tanto la pelvis como la columna vertebral.

EL CUELLO, LA ZONA DORSAL Y LAS MANOS

Hay ciertas situaciones que provocan problemas en uno de estos tres puntos: las manos, el cuello o la zona dorsal. Usualmente, el origen es semejante. Si el dolor es solamente en un lado, normalmente es debido a una asimetría en la cadera. Sin embargo , esto se puede mejorar corrigiendo la posición del ciclista con el objetivo de relajar los músculos. Si esta tipo de dolores es semejante en los 2 lados, por consiguiente tenemos que pensar que se trata de un inconveniente de ajuste de la bicicleta. La cuestión suele ser que la manos estén aguantando más peso del necesario, o sea, van tensionadas todo el tiempo.

Para resolver este problema aveces es efectivo retrasar el sillín, puesto que de este modo, retrasamos el centro gravedad. Cuando los problemas se concentran en el cuello o los trapecios generalmente el inconveniente es que el manillar está muy bajo o muy lejos del sillín. Esto crea una situación forzada para la musculatura de el área, que luego de 2 o 3 horas de “aguantar” la postura se fatiga y aparecen las molestias. Es necesario buscar una postura en la que los hombros estén relajados y bajos.

Los malestares así como el adormecimiento en los pies también es un problema común en muchísimos ciclistas. Generalmente, es un inconveniente relacionado con un exceso de presión, es decir, la zapatilla es muy ajustada o demasiado pequeña para el pie del ciclista. Inclusive, algunas veces el inconveniente es que hay ciclistas que se ajustan mucho las zapatillas. El exceso de presión puede perjudicar tanto a nivel nervioso como vascular y por consiguiente es una fuente de dolor o entumecimiento. Una vez la zapatilla es la adecuada, la colocación de la cala es un factor con una gran influencia en el comodidad de los pies.

El remedio más simple suele ser retrasar la cala para no presionar abiertamente esa zona. Generalmente, el solución es adquirir un mayor soporte del arco plantar con la idea de repartir la presión de manera más homogénea a lo largo de toda la planta del pie.

El asiento de la bicicleta es, en muchas ocasiones, una fuente de problemas. Lo curioso es que en muchas casos la causa del problema o del dolor no es el asiento en sí, más bien es la postura del ciclista sobre él. El objetivo principal es lograr que la mayor parte del peso que apoyamos sobre el asiento caiga en los isquiones, o sea, los huesos de la pelvis. Si esto no sucede, la mayor parte de la presión se dirige a el área del perineo, con las molestias que esto conlleva: malestar y/o entumecimiento. Esto puede generarse de varias formas. Una muy usual es usar asientos demasiado reducidos o con demasiada caída, es decir, muy curvos. En estos casos , los isquiones no tienen suficiente apoyo y sucede lo que acabamos de explicar. En otros casos el inconveniente se encuentra en la posición del manillar. Si se encuentra demasiado bajo con relación al sillín va a ocasionar un exceso de arqueamiento del tronco así como un aumento de la presión en el área del perineo. Los asientos denominados antiprostáticos pueden proporcionar cierto grado de comodidad en la zona del perineo, pero tampoco se debe ignorar que provocan mucho más presión en las zonas de apoyo.


Posted by louiskugm051 at 3:16 AM EST
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